En nuestras predicaciones necesitamos pensamientos atrayentes, es decir pensamientos y palabras que conmuevan los corazones, entonces la iglesia también permanecerá atenta.
S. Gutknecht
En nuestras predicaciones necesitamos pensamientos atrayentes, es decir pensamientos y palabras que conmuevan los corazones, entonces la iglesia también permanecerá atenta.
S. Gutknecht